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Corrupciones, Cineclub Revolución

Cuando pensamos en corrupción, es fácil remitirnos a las instituciones, particularmente aquellas del Estado, y considerarlo como algo que nos afecta, de lo que nos quejamos constantemente, pero que en más de un sentido no es nuestra responsabilidad.

Específicamente, pensamos que estamos a distancia de las causas de la corrupción, aunque no de sus efectos. Creemos, y solemos afirmar que nuestras organizaciones, aquellas que regulan nuestro país son las corruptas, como si esto en esto no tuviéramos injerencia.

Si acaso, llegamos a pensar – y a hablar – que en ese momento en que en la interacción con los organismos estatales, decidimos obtener un beneficio a partir de pagar una “mordida”, entonces sí estamos reproduciendo en una escala menor los actos que entendemos que a gran escala son la causa del deterioro de las instituciones en nuestro país y en muchos otros. Ahí si comprendemos que somos parte de la corrupción y, en el mejor de los casos, evitamos participar de ella.

¿Qué sucede sin embargo, si observamos el concepto de corrupción en un sentido más amplio y también más personal? La corrupción por definición, implica un proceso de degradación y alteración de cosas no materiales, una alteración de lo intangible, que en un sentido estricto no es exclusivo de las instituciones. No debemos olvidar, por otro lado, que son sujetos los que fundan las instituciones y les dan una calidad, y no al revés.

Es posible que exista en los seres humanos un aspecto de la personalidad que nos lleva a pervertir contratos establecidos con otros (explícitos o no) y normas sociales y éticas, con el fin de obtener un beneficio individual que no sería posible tener ajustándonos a los estatutos establecidos.

La hipótesis es que todos como seres humanos, ante una situación de la que podríamos sacar provecho, tenemos la tentación de hacerlo manipulando y corrompiendo estos contratos a los que estamos sujetos socialmente.

Corrupciones es un ciclo que lanza una mirada a este aspecto personal del fenómeno de la corrupción, no sólo en sus efectos, sino también y sobre todo en sus orígenes. Explora cómo el interés personal pueden referirse a un contexto familiar incluso, y cómo la colocación de éste por encima de los demás, implica situaciones de abuso y violencia, que a veces no son explícitos.

Algunas veces con humor y otras con la dramática severidad del realismo, las películas que integran este ciclo pretenden provocar una reflexión acerca de este rasgo que podría llevarnos a pasar por encima de otros, y proponer un posible puente entre lo personal y lo colectivo del fenómeno de la corrupción.

Situados entre la realidad y la ficción, los personajes de estos filmes, con complejas personalidades, retratan los momentos críticos en que una decisión desencadena la alteración de la escala de valores de un individuo, de una institución y de una sociedad.

La reflexión no es nimia, menos en los tiempos de decisiones en los que vivimos en los que además algunos de los valores parecen volverse borrosos. Creemos sin embargo que será a partir de placenteras e interesantes conversaciones y de la mano del séptimo arte, y como siempre gracias a su participación.

Bienvenidos.

Aquí está nuestra lista de películas con horarios para que no se lo pierdan.

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